Las medusas están formadas principalmente por agua, aproximadamente un 95% en peso fresco, y sólo un 2% correspondería a proteínas. Aproximadamente el 60% de las proteínas que encontramos en una medusa corresponde a colágeno, principalmente de los tipos II, IV y V, por lo que, por cada kilogramo de medusas tratadas, podríamos obtener hasta 12 gramos de colágeno, lo cual no parece gran cosa, pero la gran cantidad de materia prima, sumada a la tremenda proliferación de Pelagia noctiluca en nuestras costas, compensaría ese bajo porcentaje a la hora de extraer colágeno de estos animales, que suponen una plaga desde hace ya un tiempo.
Como se ha expuesto antes, la compatibilidad del colágeno entre especies es una preocupación recurrente a la hora de fabricar cosméticos, implantes y otros productos. El colágeno está presente en todos los animales y está muy conservado, por lo que la compatibilidad entre mamíferos (el colágeno de origen vacuno, por ejemplo) no es realmente un problema. Sin embargo, ¿qué ocurre con el colágeno obtenido de un animal tan alejado en el árbol filogenético de los mamíferos como las medusas? Pues al parecer existe bastante compatibilidad, cosa que se demostraría en un experimento en el que se comparaba colágeno extraído de medusas (Rhizostoma pulmo entre otras, con una distribución global similar a la Pelagia noctiluca, y de baja toxicidad) con colágeno tipo I de origen vacuno, ambos implantados en ratas in vivo.
Las ratas, a las que se les implantó el colágeno vacuno como control (CON), colágeno reticular de medusas (JEL#01) y no reticular (JEL#02) para los grupos experimentales, fueron observadas y examinadas durante y después del experimento. No se encontraron anomalías inespecíficas, como en la postura o la actividad, ni tampoco hubo aumento o descenso extraño del peso. Tampoco se observaron inflamaciones irregulares, necrosis ni fibrosis serias o que durasen mucho tiempo. Algunas ratas, las que tenían implantadas JEL#01, presentaron hinchazones bajo la piel, que se debían a paquetes llenos de sangre, aunque no se encontró rastro de actividad bacteriana, de lo que se dedujo fue causado por una reacción al implante o por restos de etanol en los poros de las matrices de los implantes. Previamente se había observado que los implantes JEL#01 son poco consistentes, y absorbentes, mientras que JEL#02 y el control son más consistentes y secos. Finalmente, se observó que la reabsorción de los implantes de colágeno son bastante eficientes, dejando poca o ninguna marca visible, y sólo unos pocos animales presentaron restos de los implantes, manchas de sangre o quistes.
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